«Morimos en una lengua extranjera», collage por Maricruz Alarcón (2018).

Morimos en una lengua extranjera

“Toda cultura, finalmente, es la construcción de una respuesta frente al hecho de la muerte. Los egipcios inventaron todas esas grandes construcciones para incorporar dentro de la comunidad aquello que es absolutamente inincorporable, que es la muerte”.


Mira, mi padre murió cuando yo tenía dos años,
por lo tanto no tengo consciencia, lo que tengo de él son versiones.
La versión de mi abuela, que era una exagerada,
que era un santo, me entiendes, o sea.
Se levantó cuando estaba muy enfermo,
muriéndose porque quería ir al zoológico, cosas así.
Le tengo cariño a esa figura ausente.
La muerte de mi abuela fue duro,
no he tenido muchas muertes personales.
Fue como dejar algo que no estaba,
que no había terminado bien,
que no, porque...
Pero no logro pensar (en lo) médico en sí
en la muerte de mi mamá, por ejemplo.
El médico sirve para cualquier persona,
pero para mí creo que sería lo peor, lo peor,
lo peor que me podría pasar.
Entonces cualquiera que haya pasado por esa experiencia,
aunque sea mi enemigo más grande, me entiende,
merece una solidaridad, puede ser tremendo.
Pero no he tenido una experiencia cercana de muerte,
de muerte de gente muy cercana a mí
Por supuesto, o sea, esto es como una piscina,
estamos todos flotando con la cabeza, la cabeza hasta acá
y pum, desapareció uno.
Y empieza a haber cada vez más pocos,
y de repente pum, va a ser uno el que desaparece.
Esa imagen se me repite mucho
porque se empieza a morir gente que tú conoces,
con los que has tenido relaciones.
Pero no tengo clara la muerte de alguien,
a lo mejor no lo tengo nunca.
La verdad es que no le temo.
Y pienso bastante en eso.
He llegado a la conclusión
de que hay una posibilidad de que Dios exista
No sé si se los comenté alguna vez.
Si los tipos que mueren torturados, en la tortura, bajo suplicio,
si en el último, último instante será una experiencia feliz,
feliz, de reconciliación,
y hay un chorro de endorfinas, te fijas,
entonces a pesar de que lo están torturando, le están sacando los ojos,
el último segundo,
si el último segundo de la vida de un ser humano es una experiencia feliz y de paz
ese Dios existe,
pero Dios existe porque es un conchesumadre
es un hijo de puta, porque nadie le pidió nacer,
Entonces que los últimos segundos de la vida sean una tortura
es la peor pesadilla...
Y si no es así, Dios no es necesario que esté en el pasado,
es un instante feliz
Y yo tengo curiosidad.
Nadie, como dice Shakespeare, en Hamlet, "ha vuelto del otro país para dar testimonio".
Tengo curiosidad, tengo curiosidad.
En todo caso la experiencia de morirse debe ser una experiencia muy potente,
una experiencia clave.
Pero conscientemente no le tengo miedo.
Le tengo miedo como todos los seres humanos a ciertas formas de morirse,
miedos físicos,
pero no como te digo, es tan rápido, tan rápido,
uno se da cuenta con los años.
Cada vez se hace más rápido.
Toda cultura, finalmente,
es la construcción de una respuesta frente al hecho de la muerte.
Los egipcios inventaron todas esas grandes construcciones
para incorporar, dentro de la comunidad,
aquello que es absolutamente inincorporable,
que es la muerte.
Todo lo que entendemos por cultura, por civilización,
son intentos.
El capitalismo es,
es impresionante
porque creó, casi al mismo tiempo,
el hospital moderno y el diario.
Entonces el hospital
retiró la muerte de las calles, la muerte de las casas
Hay un lugar donde se va a curar pero también se va a morir,
lo retiró porque antes la gente se moría en la calle, se moría en las casas,
retiró del espacio público, los confinó al hospital.
Y al mismo tiempo, la masificación del periodismo
permitió que la muerte fuera cada vez un hecho más indirecto.
Entonces, su gran estrategia de sobrevivencia
es cómo el capitalismo
retira de lo social la idea de la muerte,
que no se puede retirar.
Porque si una sociedad está obsesionada con el hecho de que se va a morir
no le dará mucha importancia a elegir entre tres marcas de chocolate.
El aparato productivo se hace creciente.
En el mall todos somos inmortales, me entiendes.
Entonces ¿cómo la puedes retirar si por otro lado están las guerras?
Las sobre exhibe, las transforma en espectáculo.
Entonces por un lado la retira, de hecho,
confinándola a los hospitales,
pero como no se puede retirar porque igual está presente,
entonces la sobre expone.
Es súper impresionante que cuando uno,
que yo lo vi en directo en el bombardeo del 91' (Guerra del Golfo),
que la gallada la encontraba fome hueón,
estaba demasiado acostumbrada a las rampas,
a todas esas cuestiones,
entonces nadie, muy pocos pensaban
que cada uno de los fuegos artificiales que se veían mataba mil personas.
Estaba totalmente espectacularizada,
Pero la muerte te la retiran,
te la transforman por un lado en espectáculo, la sobre exhiben,
y por otro lado la muerte la retiran a los hospitales.
Creo que eso es bastante impresionante,
pero el hecho de tu muerte,
sigue siendo una cosa, un misterio,
que ninguna cultura, ninguna civilización,
ni Internet, ni la escritura, ni la no escritura, ni el capitalismo, ni la sociedad romana
tiene una respuesta frente a eso.
Hay una cosa que es muy impresionante,
que en el final del Inca Garcilaso,
en el último capítulo que se llama "La segunda parte de la breve historia del Perú",
termina, al estudiar Perú, se relata la muerte trágica
de todos los que participaron en la conquista del Perú,
pero termina con el ajusticiamiento
del que se llamó "el último pretendiente del trono Inca"
que, en el Cusco, lo matan
porque tenían miedo que el pueblo se sublevara y lo reconocieran a él,
que era descendiente de Atahualpa, qué sé yo.
Entonces va,
lo toman preso,
y viene esa marcha típica medieval
que va un vocero, un pregonero,
diciendo las razones por las cuales matan,
van a matar a este inca,
y el fraile que va al lado.
Y con eso en cierto sentido se inicia un poco,
hace patente la historia del castellano como una lengua impuesta.
Pero lo más impresionante que yo me encontré en eso,
era que, ese capítulo,
que todos nos morimos por razones que están dadas en una lengua extranjera
una lengua que no entendemos, nadie sabe por qué tiene que morirse.
Yo personalmente estoy bastante tranquilo respecto al tema,
pero nadie sabe, nadie puede saber por qué.
No hay una respuesta.
Y hay razones, pero esas razones están en una lengua que no entendemos.
Por la misma razón que el inca muere,
ignorando las razones porque la respuesta está en una lengua extranjera.
Entonces,
creo que esa es una pregunta
irreductible,
que se mantiene como a la velocidad de la luz,
constante sean cuáles sean los sistemas que le impongan
Ahora, otra cosa,
es que yo quiero hacer
una obra
con el hecho de morirse, con mi muerte.
Y eso es lo que llamo "el último proyecto",
una escritura sobre unos acantilados.
Una proyección de luz sobre un acantilado de veintidós frases,
un acantilado en la costa norte de Chile,
que son unos acantilados impresionantes.
Se van a proyectar veintidós frases sobre los acantilados,
que son como las frases que un ser humano ve en su paso sobre la Tierra.
"Verás un mar de piedras,
verás margaritas en el mar,
verás un dios de hambre,
verás el hambre,
verás auroras como sangre,
verás el alba
verás soldados en el alba"
Son puros verás.
Y cuando ya se acerca hacia el final dice:
"Verás ciudades de agua,
verás la nieve del fin,
verás cielos en fuga,
verás que se va,
verás no ver y llorarás".
Eso se va proyectando sobre los acantilados,
pero cuando llegue el "ahí llorarás" se queda pegado,
entonces como la exposición es al aire libre
al principio se va a ver poco porque va a ser el atardecer,
pero en la medida que va oscureciendo se va viendo cada vez más nítida la foto.
Y cuando llegue "ahí llorarás" será noche profunda,
y el acantilado y el mar y el cielo será una sola masa negra
sera "y llorarás", y eso se quedará allí,
y se borrará con el nuevo día, con el amanecer, con la luz,
y cuando se borre solo quedará el ruido del mar.
Y luego eso es la imagen de la muerte.