«Lo humano durará hasta que dure la palabra humano», collage por Maricruz Alarcón (2018).

Lo humano durará hasta que dure la palabra humano

“Internet es colosal. […] El hecho de que tú puedas ser miles de personajes. En un momento dado, todavía tú creerás que eres distintos a los personajes que tú creas, pero eso es una cosa de transición, después tú no vas a ser una persona, vas a ser miles de personas. Entonces no es solamente que afecta al arte, cambia todo, toda noción de tiempo, la idea de eternidad, la idea de porvenir. También en teoría en la red tienes todos los futuros posibles”.


El futuro es una dimensión del sueño,
es una dimensión absolutamente del sueño,
tú no lo vas a ver, una dimensión del sueño,
una dimensión del sueño humano,
y ese futuro cambia con el futuro,
porque siempre son
además, lo de estar viendo son lecturas,
son narraciones.
Mira, piensa en la Guerra de Troya.
En la Guerra de Troya fue algo que se comprobó
que finalmente esa historia, fue algo que pasó,
por ahí por el 1.200 A.C,
una guerra de la república griega contra otra república por el paso
era un origen absolutamente comercial.
Fue una guerra menor, no alteró mayormente nada,
y sin embargo, esa guerra originó cuatro siglos de canto
que finalmente se reúnen en una cosa que se llama Homero.
No fue la guerra, fueron los cantos de esa guerra
los que cambiaron profundamente el curso del humano,
ellos inventaron cierto sentido de lo humano.
Entonces el futuro cambia con el futuro.
Tú en este momento imaginas el futuro con autos que vuelan,
te fijas,
con todas las carencias del presente,
pero en la dimensión del sueño.
Además,
la idea del destino tiene algo profundo.
Tú el pasado lo modificas permanentemente, tú cambias las lecturas,
una experiencia sentimental que fue atroz,
de repente conoces a otra persona
y sientes que, por esa experiencia atroz, ahora sí, porque has crecido,
estás más maduro.
En cambio, el futuro no lo puedes modificar.
Yo no puedo modificar que si salgo a la vereda
un auto pierda la conducta y me atropelle en dos minutos más.
En ese sentido,
el destino es aquello absolutamente que no conoces
y no puedes modificar porque no conoces,
no lo conoces, toda cosa que conoces lo puedes modificar.
Creo que estamos en un cambio pero increíble,
un cambio pero impresionante, en nociones como la de persona,
tan cara a los griegos,
ideas como la intimidad,
nociones como la interioridad, todo eso está cambiando.
Y con eso cambia absolutamente todo.
El cambio se está viendo.
Internet es colosal, entonces es absolutamente...
El hecho de que tú puedas ser miles de personajes.
En un momento dado, todavía tú creerás que eres distinto
a los personajes que tú creas,
pero eso es una cosa de transición
después tú no vas a ser una persona, vas a ser miles de personas.
Entonces no es solamente que afecta el arte,
cambia todo, toda noción de tiempo,
la idea de eternidad, la idea de porvenir.
También en teoría en la red tienes todos los futuros posibles.
Todas las formas que hay ahora,
incluso en lo digital, son formas híbridas
que no terminan de abarcar lo nuevo
ni terminan de dejar lo viejo.
Yo creo que noción de autor, todo eso,
olvídate, todo eso desaparece junto al concepto de persona.
Yo creo sin embargo
que aquello que llamamos poesía
va a sobrevivir de una forma impensada, inimaginable
porque la poesía
es la primera respuesta
que da precisamente el hombre frente al descubrimiento de la muerte.
Yo creo que la poesía
corresponde aunque hayan pasado tres mil años.
Es el recuerdo
de la oralidad.
Es previa a la invención de la escritura.
La poesía se parece más
a lo que está pasando con las redes, con el Internet,
que lo que pasó con el libro, siento que tiene más relación.
Porque siento que la red, todas estas tecnologías
a las cuales yo llegué absolutamente atrasado,
es el nuevo espacio de la conversación,
el nuevo espacio de la oralidad, me entiendes,
que una serie de cosas de las que estábamos sujetos,
el yo y todo eso,
entran en crisis, lo que no necesariamente significa que sea para mal.
Y el Internet y las redes,
tengo la sensación, que están creando otro pasado,
otra historia, que no va a tener nada que ver
con la historia de la escritura unidimensional,
por así decirlo, va a ser otra,
otra idea que tengamos cada uno de nosotros mismos,
otra idea del yo,
porque yo me fijo en un detalle:
el hecho de que uno en la red pueda ponerse veinte nombres,
ciento cincuenta, pueda escribir,
construirse todas las personalidades que quiera.
Lo que estoy seguro que está sucediendo,
y esa es la violencia que se ve en las redes,
es que las máscaras están ocupando el lugar del yo.
Uno cree que lo domina, pero uno es totalmente dominado por ellas.
El yo de la red, los yoes de la red,
van a ser infinitamente más reales, más tangibles,
y van a ocasionar los sufrimientos, las penas,
el abandono, mucho más que lo que tú experimentas en directo,
por así decirlo.
Va a parecer un silogismo absolutamente estúpido,
pero lo humano durará hasta que dure la palabra "humano".
Cuando desaparece un pueblo,
los pueblos del extremo sur,
no solamente desaparece un pueblo, sino que desaparece una lengua,
y ya que desaparece esa lenguaje desaparece una forma específica
de nombrar ese mar a esa hora, que no es ni un mar a otra hora,
me entiendes, entonces y desaparece,
desaparece ese mar.
Entonces es...
Los esquimales tienen como cuarenta palabras distintas para el blanco
y son radicalmente distintas.
Nosotros cuando pensamos en blanco además pensamos en tonalidades,
entonces desaparece esa lengua
y desaparecen esos blancos.
Nosotros, en un momento dado,
va a desaparecer seguramente también la palabra humano, va a ser otra cosa,
no va a existir lo humano cuando desaparezca la palabra
pero no va a suceder antes.
Mientras dure la palabra
va a durar lo humano tal como lo entendemos.